jueves, 15 de marzo de 2018

ÉL GUARDA TUS PASOS


"Todo aquel que esté gozosamente determinado a reducir su yo a nada y ansiosamente anhele que Dios sea todo, se verá protegido de la embestida de sus enemigos internos y externos, por la bondad gratuita de Dios mismo. No necesitará ordenar sus defensas, pues con una gran fidelidad, Dios protegerá infaliblemente a aquellos, que absortos en su amor, se han olvidado de si mismos. No temas, pues, entregarte a una radical dependencia de Dios, ni a abandonarte a la contemplación ciega u oscura de Dios tal cual es.
Nuestro Señor estará a tu lado dispuesto a socorrerte, guardará tus pasos para que no caigas".
Libro de la orientación particular. Anónimo, S.XIV.

miércoles, 14 de marzo de 2018

HOMBRE NUEVO



Eso que puedes encontrar en cualquier lugar...
Eso que siempre permanece y no viene ni va..
Eso que no cambia a pesar de las apariencias..
Eso que habita en ti y tú habitas en ello..
Eso.. es Él. Verdad inaccesible para el "hombre viejo",
Luz que hace nacer al hombre nuevo..


ENCUENTRO


En la soledad del alma, en el silencio interior, en la paciencia calmada, en la quietud del cuerpo, en la espera constante,... Se puede encontrar a Dios el cual siempre está allí, en ti, en tu interior; esperando que te pares y que le dejes mostrar cuánto te ama.

martes, 13 de marzo de 2018

BÚSQUEDA.



"Encontrar a Dios, consiste en buscarlo sin cesar. No son dos cosas distintas el buscar y el encontrar, el premio de la búsqueda está en la misma búsqueda. Así, se ve satisfecho el deseo del alma aunque permanezca insaciable. Ver a Dios es no estar nunca satisfecho de desearlo.
El alma a medida que progresa tiene la impresión de sentirse en el inicio de la ascensión. Es que el Señor repite: -"Levántate", a aquel que ya está levantado y: -"Ven", a aquel que ya le sale al encuentro.
Quien corre hacia el Señor nunca tendrá espacio suficiente para correr. Así, el que busca no se detiene nunca y va de comienzo en comienzo a través de comienzos que nunca tienen fin"
San Gregorio de Nisa.

miércoles, 7 de marzo de 2018

ORACIÓN


En nuestra búsqueda incesante de Dios puede pasar que busquemos consuelos sensibles. Quizás queremos sentir a Dios, pero a Dios no podemos sentirle, nuestros sentidos no pueden notar a Dios, porque a Dios no se le ve, no tiene sabor, no se le puede tocar, no se le puede oír. A veces El Señor nos puede dar pequeños consuelos sensibles, pero esto es un regalo del Señor no es Él. Nosotros no nos queremos conformar, no nos queremos parar en aquello que nos pueda dar; le queremos a Él. Nuestro anhelo de Dios no se puede satisfacer en nada que no sea Él. La creación entera se nos hace pequeña comparado con poder estar con el Creador. Para poder estar con Él necesitamos practicar la oración de silencio donde el que hace silencio es uno mismo para darnos cuenta de que estamos EN Él . La quietud de la oración interior nos permite darnos cuenta de su amorosa presencia que nos sostiene, nos ama, nos guía. No deseamos los consuelos, si no que nos atrevemos a entrar en la oración silenciosa para que más allá de nuestros sentidos percibamos en la aparente sequedad la Dulzura del Amado y en la aparente oscuridad la Luz Verdadera de Dios en nosotros.

martes, 6 de marzo de 2018

CALMA


"La pureza y la dulzura permiten "seguir al Cordero por donde quiera que va". La dulzura está al lado mismo de Dios: ella permite oír la Voz de Dios, que el hombre apasionado y violento jamás oye. Cuando el viento sopla con furia y hace entrechocar ventanas y puertas, no se puede oír nada claramente. Por ello, si quieres oír en ti a la Palabra Paterna, misteriosa y confidencial, que se te dice en un secreto susurro en lo más íntimo del alma, es preciso que en ti y a tu alrededor se haya calmado toda tormenta: que seas una oveja dulce, tranquila, sumisa; que pierdas tus furores y escuches con tranquila dulzura esa Voz Amable. Esto es un misterio para cuantos no son ovejas." 
Johannes Tauler

lunes, 5 de marzo de 2018

CONTEMPLACIÓN


"Viendo el Creador el silencio que reina en su criatura y contemplándola recogida por completo en su soledad interior, se prenda de su hermosura. Y la introduce en aquella soledad inmensa, infinita, en aquel lugar espacioso, que no es otro que Él mismo: -Atraedme al recogimiento interior, ayudadme a salir de mi misma para unirme a Vos por medio de un sencillísimo acto de amor; guardadme en ese gran silencio de adentro que permite a vuestra inmutabilidad imprimirse en mi alma y transformarla en Vos."
Santa Isabel de la Trinidad.